Perdidos
A raíz de la noticia de la aparición en Viña del Mar, del niño extraviado hace unas semanas desde Cerro Navia, a saltado a la palestra, como cada vez que algún caso de desaparecido se hace tan publicitado, la cantidad de personas que desaparecen cada año en Chile. La cifra oficial de las policías es de 7.000 personas. Prácticamente 20 personas cada día. Claro que afortunadamente, en el 90% de los casos, estos presuntos desaparecidos, son encontrados. Ya sea, como en el caso del niño en viña, que se había lanzado a la aventura por una supuesta apuesta, o como en el caso de maridos o esposas que se van con sus amantes, o que huyen de la violencia intrafamiliar. O por un accidente, por lagunas mentales, o simplemente por una buena farra etc. Los motivos pueden ser muchos, lo importante es que esas personas tarde o temprano aparecen. Pero que pasa con ese otro 10%. 700 Personas al año, que nunca son encontradas. Del gobierno militar aun permanecen desaparecidas 1.500 personas aproximadamente. En estos últimos 18 años han desaparecido más de 10.000 personas más. Claro, muchas de ellas pueden haber huído voluntariamente de sus hogares y lograron esconderse de la policía. Algunas otras con problemas mentales pueden haberse extraviado y quizás anden vagando por ahí sin rumbo. Más de alguno habrá tenido un accidente fatal y su cuerpo quizás yace en el fondo de un río. Pero y el resto. ¿Donde están esas miles de personas desaparecidas? El diez por ciento son niños. El resto, mujeres y hombres, jóvenes y adultos. Algunos ancianos. Para alguien con imaginación da para mucho especular. Sectas satánicas, tráfico de blancas, psicópatas, tráfico de órganos, venta de niños. Hace poco supimos el caso, sino me equivoco en suecia, del hombre que mantuvo cautiva a una niña (ahora ya joven) durante siete años. ¿Habrán casos de ese tipo en Chile? Sea cual sea la respuesta, me parece algo macabro, que un ser querido desaparezca de la faz de la tierra. Debe ser realmente una tortura pensar que ese ser pueda estar vivo y sufriendo y no poder ayudarlo. En parte es el martirio que sintieron los familiares de los detenidos desaparecidos, aunque actualmente a ellos no les debe de caber duda de que sus familiares están definitivamente muertos. En estos otros miles de casos, ni siquiera se puede estar seguros de aquello. Esta es una realidad que debemos de tener presente, porque cualquiera de nosotros la podría vivir, directa o indirectamente, alguna vez. Quien no ha sabido de casos de secuestros Express, en que las víctimas son drogadas por medio de cigarros, tragos o spray y han permanecido inconciente hasta varios días. Luego vuelven a sus hogares como sonámbulos sin entender que les pasó. Estos casos generalmente no son publicados en la prensa, pero son más recurrentes de lo que quisiéramos pensar. En un caso cercano que conocí, al revisar a la víctima, los médicos indicaron que la sobredosis que le habían dado, pudo haberle causado la muerte y solo un milagro lo había salvado. ¿Cuantos casos habrá en que ese milagro no ocurre? ¿Tendremos que esperar a que la televisión haga un reportaje del tema para obtener respuestas? Lo más probable.