Monday, December 04, 2006

Niños agresores

La reciente muerte de una joven escolar en Iquique, me hace reflexionar acerca de los orígenes del comportamiento de muchos de nuestros compatriotas. Si tenemos políticos corruptos, si tenemos delincuentes impunes, si tenemos violencia entre los jóvenes, no es casualidad. Este comportamiento, deshonesto, por decirlo de alguna forma, no nace espontáneamente, ni es producto de una situación puntual. “La ocasión hace al ladrón”, versa el refrán. Yo pienso que no es así. El ladrón, el corrupto, el violento, el insensible con el sufrimiento ajeno, no nace con la ocasión, sino se forja desde la niñez, con un constante adiestramiento de años. Su educación escolar y familiar ha forjado su personalidad y el sistema ético por el cual guía su accionar. En el caso extremo de la niña del Liceo Javiera Carrera de Iquique, la víctima llegó al suicidio presionada por un grupo de alumnas agresivas, envidiosas de sus triunfos e insensibles con el dolor ajeno. Los profesores y la directora, bajan el perfil del tema. Nunca se percataron de lo que ocurría, o simplemente, como suele pasar, hicieron vista gorda o le dieron poca importancia. Formaron parte de ese mal adiestramiento. Tampoco sus compañeras, amigas ni sus padres pudieron hacer algo al respecto. La sociedad perdió la oportunidad de disfrutar de una valiosa representante, inteligente, responsable y honesta, mientras los valores contrarios triunfaron una vez más. Hoy, la autoridad del colegio, su directora, insiste en defender a quienes actuaron mal, profesores y alumnas, diciendo que estas son solo cosas de niños y que nunca se vio un maltrato real. Lo lamentable de esto, es que la historia se repite constantemente y cientos de niños agresores son adiestrados a diario a seguir con su actitud insensible hasta jóvenes y adultos. Mientras por otro lado, cientos de compatriotas crecen llenos de traumas y complejos debido a este tipo de hechos. Ya lo dijo la ministra de educación, estas agresiones no son solo parte de un juego, sino reflejan algo mas profundo. Problemas psicológicos y sociales al interior de las familias y de los establecimientos educacionales. El matonaje, la pillería, la falta de honradez, no solo no son sancionadas debidamente entre los niños, sino a veces hasta son incentivadas por los adultos. Los resultados están a la vista. No sólo con la muerte de la niña en Iquique sino en el comportamiento errático de nuestra sociedad en general y la famosa falta de honradez de un grupo no menor de chilenos.