Monday, July 16, 2012

Cultura Brasileña

Hace algunos días atrás, almorcé con un amigo que llegaba de Sao Paulo. Allí asistió a una fiesta tecno en las afueras de la ciudad. Aproximadamente cuarenta mil personas alucinando con música y efectos especiales. El vodka , la cachaza y la cerveza abundaban. También las garotinhas  portando  en su mayoría , atrevidas minifaldas y esculturales cuerpos.  A pesar de aquello, según mi amigo, no vio nunca a nadie faltarle el respeto a alguna muchacha, ni con palabras, gestos o acciones. Tampoco vio borrachos tendidos en el suelo, ni escándalos ni peleas. La salida por la madrugada fue con total normalidad. La gente caminaba a sus vehículos conversando y riendo. No hubo rayados ni destrozos. Ni siquiera un gran contingente policial. Los brasileños saben divertirse. Su cultura gira en torno a la diversión. Pero lo hacen de buena manera. En Santiago todo habría sido distinto. Borrachos, peleas, destrozos habría sido la tónica. Culpamos al estrés, a la educación, a las diferencias sociales. Pero todo aquello lo tiene Brasil, en mayor grado que nosotros, sin embargo, los resultados  no son los mismos.
Pero donde radica la diferencia entre el chileno y el brasileño. Comparemos:  En Brasil la gente no se fija en el aspecto. Tanto el rico como el pobre visten relajados y comparten los barrios. Nadie se jacta del vehículo que tiene. Podría jactarse de sus logros académicos o laborales, pero no de su dinero. Esto es muy mal visto y poco común entre ellos. Mirar en menos a alguien por poseer menos dinero es algo que no existe en Brasil. Tampoco hacen diferencias raciales. En sao Paulo existe una mezcla de razas, Europeas, africanas, Asiáticas. Todos se aceptan entre sí.  Son deportistas.  Se levantan de madrugada para ir al gimnasio antes del trabajo, o para salir a correr en los parques y playas. O en gran número a jugar algún partido de futbol con sus amigos.  Son relajados con el sexo. Es bastante común en los matrimonios salir a divertirse por separado. Tener sexo casual. Por algo Brasil tiene un gran número de infectados de sida. El brasileño no es celoso. No es inseguro, pero le gusta repetir que son los mejores del mundo. Las mejores playas. Las mejores mujeres. Los mejores en el futbol. Y quizás tienen algo de  razón. Mi amigo llegó repitiendo aquello.
No es que en Brasil no haya violencia. Sao Paulo tiene barrios en los que es muy peligroso entrar, como los hay en Santiago también. Sin embargo, esta violencia no se masifica en la gente común. En el hincha del futbol, o en el estudiante o en la gente en las calles.
En resumen, el brasileño es feliz, porque quiere ser feliz. Puede ser que su clima los favorezca. O su mezcla de razas. El caso es que nosotros, con nuestra timidez y frialdad, con nuestra etiqueta de ingleses de América, de jaguares del sur. De demostrar más de lo que somos realmente. Con nuestra costumbre de achacar siempre a alguien más nuestros problemas y depositar nuestra felicidad en manos de otros, tenemos mucho que aprender de esta cultura tan cercana y tan lejana a la vez.